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jueves, 15 de marzo de 2012

Soul sucking

Al contrario que sucedía con los vampiros (bloodsucking), los soul sucking (traducido por chupadores de almas) no llevan capas, ni su dentadura se ha estropeado tanto para cambiar sus incisivos por grandes colmillos, ni chupan de forma literal.

Los soul sucking son personas aparentemente normales, aunque suelen ser un poquito más pálidos que los viandantes. Aún así, pasan desapercibidos. Y, sin embargo, ellos son muy distintos. Los soul sucking invaden cualquier aspecto de la vida moderna. Llegan sin hacer ruido y poco a poco comienzan a absorber tu alma. 21 gramos de tu cuerpo. Sin apenas tocarte. Tan sólo con palabras o con unas melodías similares a las que emplean los encantadores de serpientes para animar al animal a salir de la cesta en los cuentos infantiles y en la plaza de Marrakech (No he visto este fenómeno en ningún sitio más).

Existen dos tipos fundamentales de soul sucking: los sentimentales y los económicos. El primero, como ustedes se imaginan, nos pide todo y no nos da nada a cambio. Nos deja con el estómago vacío. Te aprieta cuando lo necesita y después se aleja. Sus respuestas son ambiguas para no mojarse, para "no hacerte daño", esgrime.

Los segundos, mucho más de moda ahora, son los que se aprovechan de que cobres 800 euros y trabajes 12 horas al día. Te exigen que gastes más para reactivar la economía. Privatizan el agua y la sanidad porque, dicen, su mantenimiento "gratuito" es insostenible. Te recuerdan que si no cumples sus mandamientos no recibirás una pensión. Te roban tu energía, tu equilibrio y tu felicidad. Te lo quitan todo para que seas uno más, para que te conviertas en un ser humano alienado y así no pienses, ni sientas.

El problema de estos personajes, que bien podrían aparecer en un libro de terror, es que no hay ajo que los ahuyente. Tampoco ningún crucifijo (suelen llevarlo ellos). Lo único que sirve es mantenerse lo más alejado posible de ellos. Y sonreír. Los soul sucking odian las sonrisas porque, sencillamente, no entienden la vida.



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