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lunes, 28 de febrero de 2011

Cuando tienes la señal de información en la cara

Parecer ser que mi frente lleva escrita en mayúscula una I gigante de información. Pero no sólo gigante, si no con destellos luminosos. Lo que no acabo de entender es que en el espejo nunca la veo....
Será cosa de la gente que pregunta. Para que me entiendan, no es que no sea partidaria de preguntar. Al revés, siempre llevo un ¿Por qué? en la punta de la lengua. Pero además de las preguntas soy partidaria de que la gente se busque la vida y sepa interpretar las señales. Tampoco me refiero a señales paranormales, simplemente, en principio, a las que decoran el Metro de Madrid. Sí, digo decoran porque poca gente las mira. Pero ya estoy yo para decidir cuál es el andén correcto, el camino más corto o dónde se hacen los transbordos. Sin que los del Consorcio me de una nómina cada mes.
Pero la cosa va más allá. Os muestro una conversación, de hace un par de semanas, con un chico en el andén de la estación de Atocha:
- Chico: Hola, ¿eres de aquí?
- Yo:
-Chico: ¿Tienes más o menos claro el mapa del Metro?
- Yo: (Cerebro: tienes el mapa detrás de ti, pero ya que imagino que no eres de aquí vamos a hacer el esfuerzo de tener paciencia y parecer simpática)- Sí, ¿Dónde quieres ir?
-Chico: Es que quiero ir a una plaza, nombre (no recuerdo el nombre) y no sé qué parada es mejor para no tener que andar ¡que llevo la maleta!.
- Yo: (Cerebro: Te he dicho que me sé el mapa del Metro, no el de la ciudad). Pues baja en Sol (al azar, pero así anda más..... ) que es más céntrico.

No sé si todavía andará perdido con su maleta por el centro de Madrid, quizás hasta lo habéis visto.
Pero una petición voy a hacer, más bien un llamamiento. Por favor, todos los que no sabéis descifrar el código encriptado de un mapa de Metro preguntar con educación. Un perdona y un gracias nunca están de más. Mientras tanto seguiré recomendando el camino más largo.