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viernes, 27 de septiembre de 2013

La crueldad del destino

La semana pasada descubrí que el destino es muy irónico. La mañana en la que Rodrigo Rato era fichado como directivo por el Banco Santander, una mujer se suicidaba porque iba a ser desahuciada por una deuda que no superaba los mil euros. Ambas situaciones sucedieron el mismo día en que Vulcano fallecía en Tordesillas como consecuencia del estado mental de Edad Media permanente que sufre este país.

La señora Cristina Cifuentes salía hace poco completamente recuperada de un hospital público en el que le curaron las heridas físicas y las cicatrices del alma tras sufrir un accidente de moto en agosto; a pesar de que ha privatizado la mayor parte de estos centros. Mientras, en Palacio, el Rey se decantaba por una clínica privada para su intervención. En un momento que debería haber mostrado su admiración por la Sanidad Pública, y por defender los derechos de los que le pagan. Le pagamos un hospital, y un médico que no sabe "exactamente" qué labores realiza un Rey. Ni él, ni las muchas personas que mañana acudirán a la manifestación de Jaque al Rey.

Quien sí ayudó a lo Público fue su nieto, Felipe Juan Froilán, que ha repetido, por segunda vez, 2º de la ESO. Sí, ya le llaman Felipe Juan Froilán, primero de España y Segundo de la ESO. Demostrado queda que la Educación Pública es mejor. También que el joven es un poco tonto.

Para terminar la semana, me leí un texto de una señora que se lamentaba por una mancha en su bolso Gucci, mientras millones de personas no tienen nada para llevarse a la boca. Sí, a veces el destino juega con la ironía, aunque no tenga gracia. A veces, puede ser muy cruel.