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miércoles, 31 de julio de 2013

Eres muy simpática, y bastante guapa

-"Quiero ligar contigo",  me dice el otro día un chico en un bar.
- "Mejor empezamos de nuevo, ¿Cómo te llamas?", añadió sin haber tenido tiempo de responder.
- "¿No te gusta la gente sincera?", lanza otra pregunta.
- "Sincera sí (me gusta, y mucho) , pero tan directa no", intento responder.

Cuatro frases después, nuestra conversación era similar a un diálogo de besugos.
- "Te voy a presentar a mi amigo, que te va a caer muy bien", me corta de repente.

A continuación, un chico calvo y con gafas aparece en escena. Trata de convencerme de las bondades de su amigo. En cinco minutos me suelta un speech que no ganaría un concurso de verdades. Una cosa es decir alguna mentirijilla, y otra muy diferente es jugar a ser guionista.

Lo malo de este tipo de gente es que también se empeñan en describirte. Saben cómo me gusta la gente (¿No te gusta la gente sincera?), o me dicen: "eres bastante guapa". Otro al que le faltaban unos dientes se atrevió a resumirme como "muy simpática" (Y me lo dice él que se alimentará de purés). Otro me vacila y me dice que soy un ángel. Y al final me agobié, porque no sabía si yo era humana o un ser celestial. Esto sucedió cuando contabilicé que me había repetido la frase 23 veces. Así que con mis amigas ya tengo cachondeo. Por si alguien lo duda: Sí, soy simpática, y bastante guapa. O eso dicen.

Las descripciones nocturnas deberían estar prohibidas. Basta con no mentir y con disfrutar del momento, como si no hubiera nada más importante que la conversación con un desconocido (aunque también estés fijándote en el chico de la barra).

Y sobre todo, sustituir la frase "quiero ligar contigo" por "quiero ver amanecer". Contigo.