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viernes, 29 de abril de 2011

Él iba en bicicleta….

Cuando se conocieron, él iba en bicicleta. Ella observaba con paciencia cómo giraba la tierra desde los cristales de su ventana, que no siempre permitían ver con claridad. Entonces, él solía hacerla reír con cualquier pretexto, y ella todavía creía en las bondades de este mundo.
Paseaban en el parque al amparo de las hojas de otoño, del sol de agosto o de las gotas de lluvia que revitalizan el alma a finales de año. Bailaban descalzos las melodías que se desprendían de una guitarra imaginaria. Se comunicaban con las miradas de los ojos, sin mediar palabra. Se olvidaban del futuro y de las lenguas ajenas a su círculo. Una figura creada por ellos que desprendía perfección o imperfección, según se mire y según se quiera.
Hasta que un día, simplemente, sus caminos se separaron y dejaron de saber algo el uno del otro. Se dieron cuenta de que no se conocían nada en absoluto.
Él siguió pedaleando. Ella volvió al rincón de su ventana y se percató de que sus cristales estaban algo sucios.

1 comentario:

  1. Le tienes el pulso tomado a los relatos cortos... muy buen final!!

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