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lunes, 2 de mayo de 2011

La Edad Media del siglo XXI

Las últimas noticias son como una máquina del tiempo. La boda real, la beatificación y la muerte de Bin Laden me trasladan a la Edad Media. Cuando los terratenientes y los primeros reyes saludaban en el balcón a sus súbditos, cuando la religión dominaba la ciencia y cuando la venganza sustituía a la justicia.
Para todos los políticos y compañeros que por su situación privilegiada mueven los hilos avisamos que no nos apetece volver a vivir esa época, que ya tuvo lugar. En la que quemar a una mujer porque el vecino, al que le negó un beso, la acusó de bruja ya pasó. Que ahora queremos vivir en el siglo XXI, un tiempo en que la igualdad, la ciencia y la justicia deberían, porque no lo están, ser las palabras clave.

Estos tres acontecimientos cargados de dudas, de incertidumbres y de datos que no cuadran se aceptan como la Ley de la Gravedad. La monarquía se concibe, por mucha gente, como una institución anacrónica, machista y desigual. Los ciudadanos soportamos enormes cargas económicas para pagar la vida de una familia, porque unos antecesores decidieron declararse a sí mismos, por su situación económica privilegiada, Rey por la gracia de Dios. Pues aviso que yo me declaro emperatriz del mundo por la gracia de las letras de Internet. Millones de personas que no llegan a fin de mes ven como su dinero se usa para pagar los vestidos de una señora anoréxica, los viajes a Mallorca y los caros regalos a insectos que van chupando la sangre o aprovechan la hucha sin fondo los primos, tíos y demás familia. Una institución en la que predomina la sucesión de un hombre sobre una mujer. Pero sobre todo, que no hemos elegido por sufragio universal. Que ningún político ha preguntado al pueblo, al que representa, si de verdad la queremos o preferimos que se vayan de vacaciones perpetuas, pagadas por ellos, puntualizo.

El dominio de la religión sobre la ciencia se resume con una fácil imagen. Conocidos que todavía consideran que acabarás ardiendo en el infierno. Si de verdad existe, yo sé que seré más feliz allí que en un aburrido cielo en el que nadie tiene vicios, confesables o inconfesables. Lo curioso es que ese tipo de gente cree tener la verdad absoluta del cielo y el infierno, esa dicotomía que, simplemente, no podría existir la una sin la otra. Al igual que sucede entre el bien y el mal, lo bonito y lo feo. Pero las dicotomías son siempre subjetivas. Esa gente nunca da opción a escuchar otras ideas, más científicas y numéricas y menos sentimentales e imaginativas. Esas personas que con ir a misa limpian sus pecados, sus malos actos, su falta de empatía hacia los demás. Esa gente que apoya, sin saber o sin querer saberlo, a una mafia elitista.

El tercer aspecto la muerte de Bin Laden, un cabeza de turco. Si hay un atentado se necesita un culpable. El malo de la peli, alguien a quien poder culpar. A un heróe negro que puedas matar en el momento justo que más interesa a un Estado. A un país que, al igual que China, desconoce la Declaración de los Derechos Humanos. Que puso su esperanza en un presidente negro. O que usa al dirigente de color como títere para simular una igualdad de raza, de religión y de pensamiento que no se refleja en la realidad. Demostrar que la venganza gana a la justicia.Romper con el esfuerzo de mucha gente que luchó por unos derechos y una igualdad. Abrir todavía más la brecha de Oriente y Occidente. A todos ellos Enhorabuena.


Esto es un pequeño resumen. Por favor recordad que no estamos en la Edad Media. Si no es por todas estas razones, que deberían preocupar y mucho, escoged como razón que entonces no había Internet, ni facebook, ni Iphone, ni nada.....





1 comentario:

  1. Bueeno, por fin un artículo con el que no estoy de acuerdo

    La monarquía sí fue aceptada por sufragi0 universal cuando el 6 de diciembre de 1978 se aprobó la Constitución española, en cuyo primer articulo se define el país como una monarquía parlamentaria.

    En cuanto a la beatificación me parece que en nada nos repercute a quienes no somos católicos. Ser beato no da otro privilegio, a parte de un mayor respeto para los creyentes.Por tanto, para mi, es como si el Inter de Milán decide introducir en su salón de la fama a un jugador de fútbol que no me gusta: ni me va ni me viene.

    Por último, la muerte de Osama, sobre cuyo proceso tengo serias dudas (cómo ha sucedido, etc...)es un mal menor ante un hombre, autoinculpado del 11-S, que había asegurado que jamás lo atraparían con vida.

    Pero bueno, de todos modos, el post me ha gustado: invita a la discusión y a no dar todo lo que se nos dice como correcto!!

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