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jueves, 26 de mayo de 2011

Conexiones

No sé el motivo pero en la vida siempre conectas más con determinada gente, independientemente del número de horas que pases con ellas o con ellos. Hay gente que sabes desde el principio que te va a caer mal. Esto me sucede pocas veces, pero suelo acertar. Otras sabes que, por alguna extraña razón, hablan en arameo y no logras entender lo que te dicen. O no quieren comprenderte ellos a ti.
Para algunas personas las palabras son como balas e intentan esquivarlas.Y las frases que con tanto cuidado construyes y escoges rebotan hacia ti como si fuera una pared.
Finalmente, hay otro tipo de personas que les encanta hacerse las protagonistas. Como si la vida fuera un culebrón de televisión. Siempre tienen que hablar y replicar a todo. Y también, por alguna extraña razón, tienen una vida mejor que la tuya. (O eso argumenta).

A estos tres tipos de personas ( los que te dan mala espina, las paredes comunicativas y los protagonistas) es mejor no hacerles mucho caso porque van chupando la sangre de a poco. Y lo peor es que no te das ni cuenta. Te obsesionas por algo que no merece la pena. Porque al final todo se acaba pegando. Y esta gente suele tener muy poco respeto por el resto del planeta y los sentimientos de las personas.

Por suerte para todos siempre hay gente que está a tu lado sin esperar nada a cambio, sin hacer preguntas incómodas, sólo espera a que tu quieras hablar. Personas que nunca dan consejos porque no les gusta ir de sabios (cuando suelen serlo) y porque saben que la mejor forma de aprender es la experiencia. Gente que sabe escuchar y sabe dar. Y, sobre todo, que sabe sacarte una sonrisa en cualquier momento.


P.D. Este post está dedicado a una persona que el otro día me escribió un bonito e-mail, que me hizo sonreír y, casi, llorar a la vez de bonito. Ella ya sabe que la quiero de aquí a Marte.



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