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martes, 24 de mayo de 2011

La mala fe

Acabo de leer en un periódico una noticia sorprendente, si es que algo, tras el día de ayer, puede sorprendernos. El artículo recoge la información de que un juez niega la reducción de la jornada laboral a una madre por "mala fe". El magistrado resuelve que la madre no tiene intención de cuidar al menor sino de blindarse ante posibles despidos. Lo primero que deduzco es que el juez no tiene hijos ni se acerca a niños a cuatro kilómetros. Y lo segundo que estamos otra vez como al principio de todo.

El caso me ha recordado al de una periodista, sin citar nombre ni ciudad para evitar perjuicios, que se amparó en su derecho de reducción laboral para cuidar a su hijo. Sus jefes, muy machos ellos o de esas señoras más machistas que hombres o gente amargada o muy hija de puta (no sé cómo clasificarlo, cada uno puede utilizar el calificativo que más le guste) se negaron. Pero no sólo eso, sino que al cabo de unos días la despidieron alegando algo tan estúpido, falso (escoger o inventaros, de nuevo, el calificativo que más os guste) como que "llegaba tarde a trabajar".

La mujer, unos meses después, observaba a su hijo mientras jugaba. Y pensó en el mundo que quería para él. Pensó en un mundo justo. Y quizás también pensó que lo mismo que le había ocurrido a ella, le había sucedido a muchas más mujeres. Conocidas o desconocidas. Pero mujeres que estaban unidas a ella a través de un hilo secreto de injusticia.

Una buena mañana decidió acudir a un juzgado. Con ella, muchas representaciones de altas instituciones, la mayoría mujeres, aunque también había algún hombre, que le apoyaron durante el proceso.
Como siempre, el juicio se alargó más de la cuenta. Pero ella, cada vez que sentía que sus fuerzas le flaqueaban, volvía a mirar a su hijo y recogía la fuerza.
Tras la lectura de muchos folios, el juicio obligó a la empresa a contratar a la chica.
Claro que ahora, muchos compañeros le han dado de lado por temor a que los jefes les despidan si la ven con ella. Y el comportamiento de los superiores con ella es también de juicio. Pero esta vez para meterlos a ellos en la cárcel.

Esta claro que las mujeres o los hombres que piden la reducción de jornada laboral actúan de "mala fe". Y cuando la gente roba dinero con bolsas de basura debe actuar de "buena fe", para evitar que los demás no tengamos dudas de cómo gastarnos el dinero. El mundo al revés.

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