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lunes, 3 de octubre de 2011

Recién nacido

Ahora está dibujando. Se entretiene buscando el color verde, su favorito, en el estuche de las pinturas. Saca la lengua hacia un lado. Significa que está concentrada en el proceso de imaginar un perro, un elefante, un cordero y un globo. Su habilidad de estar ausente y su capacidad para pintar le salvaron la vida. Pero, en realidad, su vida se la salvaron unos ángeles con bata blanca, que cuando se ponen los guantes olvidan sus problemas personales.

A la niña, que hoy dibuja sobre una cama de hospital como si nada hubiera ocurrido, le salvo la vida un sistema sanitario público. Un sistema que es un modelo para el resto de países y que poco a poco se desvanece a la vez que se alargan las listas de espera. Se reducen el material de quirófano y el número de médicos, enfermeros, auxiliares, conductores de ambulancia y pinches de cocina. ¡con lo importante que es comer bien para estar sano!. Ya casi no quedan ni gasas. Los armarios permanecen cerrados. Por recortes, que no por vacaciones.

Ahora dicen que no hay dinero para pagar la sanidad pública. Pero siempre han sobrado billetes para fomentar las pólizas privadas. Sobran monedas para salvar a los bancos, pero no hay ni un euro para un parto- imaginen que pensará la criatura nada más llegar a un mundo tan loco. Yo creo que por eso los bebés duermen tanto, para no ver el alma gris del mundo y ser felices en sus sueños.


Los recortes ya han comenzado en algunas comunidades. Lástima que los políticos/banqueros vuelvan a calcular mal y usen las tijeras en algo que no se debería tocar.




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