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lunes, 24 de octubre de 2011

No tengas miedo

"No tengas miedo", le dicen a un de los personajes de la película La voz dormida (muy recomendable, aunque llevar un cargamento de pañuelos si vais al cine a verla). "No tengas miedo para no darles esa satisfacción", le aconsejan. Ella, muy valiente en las circunstancias más adversas, lo que no quiere es transmitir su miedo, su pena y su dolor, tan profundo, en lágrimas. Porque los lloros interminables también reflejan el terror que uno siente.

Se puede llorar de muchas maneras. Aunque sea muy paradójico no hace falta que te salga ninguna lágrima para estar llorando. El sentimiento de los llantos dentro del  cuerpo es peor que por fuera. Por eso, a veces, uno necesita desahogarse.

Mucha gente sostiene una frase algo peculiar: "Antes muerta que llorar". Otros: "Los niños no lloran". Y los más iluminados: "Venga no llores que se te pone la cara muy fea". Tampoco entiendo la recomendación: "Sonríe siempre, aunque llores por dentro".

Las lágrimas, que pueden venir de una historia muy feliz, de miedo, de agobio o de rabia, limpian los ojos. A veces te ayudan a verlo todo más claro. Se puede hacer en la soledad de una multitud, en grupo o encerrada en un baño. Por mucho que digan: "No llores o no tengas miedo", no se puede evitar. Al igual que uno no elige enamorarse. Los sentimientos son así. No se puede huir de ellos. Cada uno que esté como quiera, aunque sin abusar de algunos estados de ánimo. Porque somos humanos, no máquinas.

P.D. Como hoy la cosa va de pelis, os recomiendo otra: Blade Runner. En la cinta, ambientada en el futuro, aparecen unos robots humanizados. Su única diferencia con las personas es que no tienen la misma respuesta emocional, ni la empatía de los humanos. No cuento nada más para no chafaros la película. Como aperitivo la escena final.





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