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sábado, 27 de octubre de 2012

Cuando el mundo era joven todavía

Hace millones de años, cuando el mundo era joven todavía, se veían las estrellas en el cielo. Comenzaba a nacer la vida. Los árboles crecían y los ríos llegaban al mar. Si te acercabas al oído una caracola escuchabas algunas frases: "Te necesito, no te conformes, eres el amor de mi vida o me gusta mirar la lluvia desde mi ventana." La Tierra solía inventar figuras con las nubes. Las ardillas daban la vuelta al mundo tan sólo con saltar de árbol en árbol. Nadie necesitaba gafas para ver el fondo del mar porque el agua era cristalina. Los vecinos realizaban trueques y siempre saludaban con un gesto con la mano y un palillo en la boca. Cualquier ser vivo era considerado sagrado. Aprendían a convivir, por muy distintos que fueran.





Como veía que todo funcionaba bien, el mundo decidió relajarse. Se dedicó a estudiar Astronomía y Física para asegurar que la temperatura era adecuada en todas las regiones. Tal fue su interés, que no se dio cuenta de lo sucias que estaban las aguas, que los humanos habían comenzado a matarse unos a otros con los instrumentos más crueles, que talaban sus árboles y contaminaban sus ríos. Algunos, construían sin parar. Incluso en lugares que tenían prohibidos. Muchos morían porque no tenían comida, ni medicinas, ni luz, ni gas, ni electricidad. Cuando se lanzó la bomba en Hiroshima, el planeta se dio cuenta de que había confiado en los Humanos. Ellos, a cambio, le habían destrozado.


Si yo fuera la Tierra, desahuciaba a todos los habitantes.

P.D. Amancio Ortega donó 20 millones a Cáritas. Una limosna que nada tiene que ver con la solidaridad.  ¿Saben la cantidad de impuestos que no paga gracias a su Sicav que tan solo tributa al 1%?

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