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domingo, 28 de octubre de 2012

Las armas del Rey

Don Juan Carlos. Escopeta en mano, cuchillo en la boca. No lo entiendo. Creo que se debe ir muy incómodo con tantas armas a cuestas. No sé cómo consigue pasar los controles de los aeropuertos. En el exterior sonríe. Cuando llega a España empieza a llorar. A mí me parece que este señor comienza a sufrir demencia senil. La edad. Aunque siempre olvidó que vive en un palacio porque un Dictador, un asesino, le dio un empleo. Un trabajo que consiste en cazar animales, liarse con el mayor número de señoras, burlarse de sus ciudadanos. Esquiar en invierno, navegar en verano. En otoño, mudarse de una residencia a otra. Nunca la vuelta al trabajo. 12 meses de vacaciones. Una paga al año. De muchos millones y pocos recortes.

¿Cuándo llegará la tercera República? Querido Rey, la gente no te echará de menos si te marchas. Si tanto estrés te provocan los recortes que apruebas, las palizas a los ciudadanos, vete. Sin un euro. No vuelvas. Será un alivio no escuchar tus estupideces.

P.D. Sigo sin entender la frase en la que mezcla la sonrisa y el cuchillo. A mí no me gusta quedarme indefensa mientras el Gobierno me clava un puñal por la espalda. No me hace gracia.

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