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martes, 14 de febrero de 2012

Lo que a nadie le importa

Todos los días, una vez que logro salir de mi calentito edredón, me asaltan unas dudas terribles. Son las sociales. Por las noches me encuentro con las emocionales, las existenciales. Pero creo que es porque ceno demasiado y tener la barriga llena me impide dormir. Por cierto, ¿existe algún remedio para evitar el insomnio diferente al basado en contar ovejitas con lazo de diferentes colores (¿lo del lazo se lo imagina todo el mundo o solo yo?)

Esta mañana he leído que un mendigo ha fallecido en Zaragoza como consecuencia del frío, a pesar de las calurosas noches de invierno que está viviendo Europa. El hombre intentó refugiarse en un portal durante la noche. Quería evitar que sus manos se helaran. Y sin embargo, las oscuras paredes que anunciaban la entrada a una casa que, por supuesto, no era suya, no impidieron tal fatalidad.


Cuando muere una persona por frío en un país ¿rico? en sentido económico y ¿pobre? en lo que se refiere a cultura y bienestar social, es posible que algo falle. Al igual que es un error que los políticos se preocupen en salvar lo que a nadie le importa.

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