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martes, 13 de diciembre de 2011

Yo mataré monstruos por ti

Paula escucha con atención la historia de las letras que le cuenta su profesora. Mira a su maestra con los ojos de quien descubre el mundo o un tesoro. La letra I siempre fue una princesa, B y V discutieron y la letra Q siempre camina de la mano de U porque es su gran apoyo. Paula absorbe todo como si fuera una esponja. También le gustan los números, aunque todavía solo cuenta hasta cien.

Su clase es particular. Comparte pupitre con otros muñecos, con osos de peluche y, a veces, con su madre. En sus lecciones está permitido no salir de la cama. Hay días que sus sesiones de fisioterapia le dejan tan débil que no puede abandonar las sábanas. Sin embargo, siempre tiene la misma mirada. Sus ojos buscan las respuestas a todas las preguntas, esas que nadie sabe contestar y que los adultos se inventan.

Otros días, la niña tiene pesadillas llenas de monstruos, fantasmas y medicamentos. Su madre le dice, para calmarla, que sus monstruos serán tan grandes como el miedo que ella tenga. Le promete que los matará por ella.


P.D. Ayer leí la historia de Paula en el periódico. Es una niña que tiene el pelo al cero, no por decisión propia, sino por obligación. Sigue un duro tratamiento estipulado por los médicos del hospital Niño Jesús, especializado en medicina infantil. Recibe al fisioterapeuta en casa, esencial para evitarle dolores. También le abre las puertas de su vivienda a una profesora varias veces por semana.Y para todo esto no hay dinero. El mundo ha decidido que es más importante el sistema financiero. Basta de recortes, matemos monstruos por ella.

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