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sábado, 10 de diciembre de 2011

Los fantasmas de La Moncloa

Entiendo que debe ser duro. Muy complicado. Trasladarte a una casa con muchos metros cuadrados y un jardín para tomar el té o cubatas. Sobre todo en la actualidad. Cuando tu sueldo se lo come la hipoteca y cuando cada día una media de 300 personas pierden su vivienda.


Sí. Tiene que ser muy difícil mudarse a una casa que tiene pista de tenis y piscina. Idea de Adolfo Suárez. Su siguiente inquilino, el presidente fugaz Calvo Sotelo, instaló una sala de música, para que el señor escuche los últimos hits o se relaje tocando el piano. Pero si prefiere la naturaleza tiene la opción de cultivar el huerto que plantaron Felipe Gonzalez y su entonces esposa, Carmen Romero.



Su compañero de partido José María Aznar, fan del deporte de moda, construyó una pista de pádel. Ideal para practicarlo con el cocodrilo de Lacoste o el caballito de Burberry. Además, sus tres retoños ya jugaban en aquella época a ser hijos de un dictador con bigote o de un rey de un estado imaginario. De allí que luego sus bodas se parecieran a la de un rey de antaño. Espero que los muñecos que participasen en estos enlaces infantiles no fueran tan corruptos como los glotones del banquete real. El Bigotes y Mr Berlusconi entre ellos.

Zapatero, a pesar de la crisis, decidió tirar la casa por la ventana. O mejor dicho los muebles. Cambió la mayor parte del mobiliario, bastante antiguo, por otro más moderno.

Es verdad señor Rajoy. Debe ser muy difícil vivir en una casa con tantas comodidades. Es mejor pasar las cálidas noches de invierno debajo de un puente. Pregunte a los sin techo y a las familias que han perdido su vivienda y comprobará que La Moncloa no es el peor lugar para dormir.

P.D. Contra los privilegios innecesarios de los políticos y sus extrañas quejas. Quiero dejar de pagar hipotecas ajenas. Incluyo la de principitos e infantitas y maridos corruptos o exmaridos vestidos con rayas y topos de Gucci y Loewe.

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