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miércoles, 8 de junio de 2011

Lo positivo de lo negativo

Me comentaba un buen amigo que estaba algo decepcionado con el mundo, no con estas mismas palabras, pero sí con el mismo mensaje. A todos nos han puesto alguna vez esas gafas con las que ves todo un poco más borroso, más oscuro. Lo decía en referencia a sus amigos, un buen síntoma que una persona se preocupe de sus amistades. "No conozco a ningún amigo que esté contento en el trabajo", eso suponiendo que tenga la suerte de tenerlo. Normal que la gente no esté contenta cuando cobrar 1.000 euros o sobrepasarlos mínimamente es un sueldo de lujo. Cuando, quizás, no estén trabajando para lo que habían estudiado con tanto entusiasmo, dependiendo de la asignatura. Cuando trabajan más horas de las que deberían y nadie se preocupa por las horas extras. O cuando se enfrentan a la vida de forma "ilegal", sin que la empresa les pague la seguridad social.


Yo hay veces que no sé qué decir, esto no sucede con mucha frecuencia. Siempre suelo buscar alguna palabra, un poco de luz. Pero es difícil buscar lo positivo de lo negativo. Y más cuando él tiene toda la razón y todo el derecho a sentir esa decepción.
Sin embargo, aunque resulte un ejercicio costoso siempre debemos hacerlo. Así que propongo que trate de encontrar las pocas virtudes de una situación que no es demasiado alentadora.

No se puede negar que los principios siempre son duros, especialmente los comienzos de la generación de los "indignados". Pero estoy segura de que es una situación que no es para siempre. En un minuto todo puede cambiar. Hasta entonces: Somos jóvenes, así que debemos ser optimistas.

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