Déficit, Esperanza y nacionalismo

Ella es una maestra. Sí, las cosas deben reconocerse tal y como son. Sabe destacar ante las cámaras. Ya sea en un hospital, en un colegio, en un campo de golf o en un tanatorio. Ella siempre es la estrella. No duda en hacer de médica, de profesora, de jugadora profesional o de "colgarle el muerto a otro". Hablamos de Esperanza Aguirre. Ella, que ha conseguido ser dueña de toda la Esperanza del resto de los ciudadanos. O, por lo menos, de la mayoría de ellos.

Esperanza Aguirre es una política atípica en muchos sentidos. Su modo de entender dicha ciencia es bastante americano. Lo más importante, conseguir grandes titulares, con fotografía incluida. Para las instantáneas siempre sabe escoger el atuendo adecuado. Para los titulares, la burrada más grande. Por ejemplo, que un partido de fútbol se jugará a puerta cerrada. Señores, su ignorancia tiene objetivo. Desviar la atención. Ella es experta en crear cortinas de humo. Ya nadie habla del déficit de la Comunidad de Madrid, que es, por cierto, el doble de lo anunciado. Todo esto ocurre en la supuesta comunidad modelo. Lo peor de todo es que el resto se lo cree. Tantos años y todavía no han aprendido nada. Mientras tanto el ex consejero de Economía de la comunidad y ahora secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, se desvincula de todas las responsabilidades. Será que todo el dinero que falta se lo gastó en esos cafelitos que tanto le gustan.