Volviendo a casa, tras una tarde amena con unas amigas, me he encontrado a un gran número de personas haciendo fila en el Burger King. Hace bastante tiempo que no estaba así de lleno. Resulta que esa multitud eran de la JMJ, que, sobra decirlo, tienen vales de descuento en una infinidad de restaurantes, de mayor o menor categoría, de Madrid.
Frente a ese número de personas, la verdad, jóvenes en su mayoría a los que les pagamos, entre todos el viaje, y que al llegar a casa tendrán un nuevo iPhone o una BlackBerry más moderna, me acordaba de Somalia, de África en general. De las Heroínas.
Allí muchas madres aguardan por la poca ayuda que no llega. Miran a sus hijos, hueso y carne, que mueren de a poco. Su defunción no está relacionada con ninguna enfermedad demasiado grave. Mueren de hambre. Imagino que no entenderían que aquí en España, con un 20% de paro, se subvencionen las creencias inventadas de unos pocos. De unos niños que, con más o menos fe, predican su única verdad . Y olvidan. Olvidan que con la visita de un Papa se podrían haber evitado la muerte de muchos niños, menores de cinco años, en el cuerno de África. Olvidan que, mientras ellos beben en las calles, la gente muere de sed. Ni siquiera tienen que viajar tan lejos. No tienen que saber colocar en un mapa dónde está esa tierra de la muerte habitada por esqueletos andantes, multinacionales y buitres. Muchos buitres. En Madrid, en cada cajero, la gente busca a su Dios y le suplica, todas las noches, encontrar un trabajo, llegar a fin de mes.
Estos jóvenes de fe ciega saben, pero no quieren ver, que el actual Papa es un nazi (http://www.elpais.com/articulo/reportajes/Ratzinger/hoguera/elpepusocdmg/20100411elpdmgrep_1/Tes). Que protege a los sacerdotes pederastas. Prefiere el contagio de SIDA de miles de personas y su muerte antes que un preservativo y la vida. Que vive en un país de oro relacionado con la mafia. Que expulsa de su religión a los que para él no son hombres o mujeres de verdad.
Si Dios existe y, por ende el infierno y el cielo, su Papa no podría soportar el calor de las llamas. Nadie en su sano juicio permitiría tanta publicidad a costa de la muerte de miles de personas. Pero no pasa nada. Esto es occidente. Tuitearemos las misas, mientras la gente sigue muriendo. Mientras la gente pone su fe, la de verdad, en una ayuda que no llega nunca. Disfruten. Aprovechen los abonos baratos, que no tienen los parados en España. La comida caliente y aumente su obesidad y su fe. Y sigan evitando ver que la gente muere gracias a una fe que no es de verdad.
P.D. En la foto aparece una heroína real, que lucha día a día. Con la mirada perdida y la fe en la vida. La fe que ve en sus hijos, que quizás mañana mueran de hambre. #Españalaicaya
Allí muchas madres aguardan por la poca ayuda que no llega. Miran a sus hijos, hueso y carne, que mueren de a poco. Su defunción no está relacionada con ninguna enfermedad demasiado grave. Mueren de hambre. Imagino que no entenderían que aquí en España, con un 20% de paro, se subvencionen las creencias inventadas de unos pocos. De unos niños que, con más o menos fe, predican su única verdad . Y olvidan. Olvidan que con la visita de un Papa se podrían haber evitado la muerte de muchos niños, menores de cinco años, en el cuerno de África. Olvidan que, mientras ellos beben en las calles, la gente muere de sed. Ni siquiera tienen que viajar tan lejos. No tienen que saber colocar en un mapa dónde está esa tierra de la muerte habitada por esqueletos andantes, multinacionales y buitres. Muchos buitres. En Madrid, en cada cajero, la gente busca a su Dios y le suplica, todas las noches, encontrar un trabajo, llegar a fin de mes.
Estos jóvenes de fe ciega saben, pero no quieren ver, que el actual Papa es un nazi (http://www.elpais.com/articulo/reportajes/Ratzinger/hoguera/elpepusocdmg/20100411elpdmgrep_1/Tes). Que protege a los sacerdotes pederastas. Prefiere el contagio de SIDA de miles de personas y su muerte antes que un preservativo y la vida. Que vive en un país de oro relacionado con la mafia. Que expulsa de su religión a los que para él no son hombres o mujeres de verdad.
Si Dios existe y, por ende el infierno y el cielo, su Papa no podría soportar el calor de las llamas. Nadie en su sano juicio permitiría tanta publicidad a costa de la muerte de miles de personas. Pero no pasa nada. Esto es occidente. Tuitearemos las misas, mientras la gente sigue muriendo. Mientras la gente pone su fe, la de verdad, en una ayuda que no llega nunca. Disfruten. Aprovechen los abonos baratos, que no tienen los parados en España. La comida caliente y aumente su obesidad y su fe. Y sigan evitando ver que la gente muere gracias a una fe que no es de verdad.
P.D. En la foto aparece una heroína real, que lucha día a día. Con la mirada perdida y la fe en la vida. La fe que ve en sus hijos, que quizás mañana mueran de hambre. #Españalaicaya
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