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miércoles, 17 de agosto de 2011

¿Santos o pecadores?

Es curioso el doble rasero que se aplica a los jóvenes de este país. Si están rezando el rosario y cantando en espacios públicos y haciendo botellón no pasa nada. Pero si los jóvenes luchan por un trabajo digno y por no mantener con el dinero público a todas las confesiones religiosas son unos pecadores. Curioso. Mi conclusión es que a mucha gente no le interesa que pensemos por nosotros mismos. Que es mejor que nos preparemos para nuestra vida en el cielo.

La cosa está clara. La religión a casa. Al cole se va a aprender ciencia, astronomía, matemáticas... pero no se va a memorizar un dogma. El dinero público es de todos, no está para subvencionar las creencias de una parte de la población.

Me gustaría saber la opinión de los jóvenes, y no tan jóvenes, católicos si el próximo verano se celebraran las mismas jornadas destinadas a musulmanes, que enseguida relacionarían con alguna banda terrorista, o de budistas, que serían tachados de utópicos, de poco realistas.

Cada persona es libre de practicar la religión que quiera o de no practicar ninguna, pero siempre en el ámbito privado, sin paralizar a un país que ya está demasiado parado. Y sin intentar evangelizar e imponer sus ideas al resto de la población.

El ejecutivo, tanto central, autonómico como local, debería responder por esos pagos en especias, por esos beneficios fiscales a las empresas patrocinadoras. Las multinacionales que siempre ponen de excusa la falta de fondos económicos para las vacunas en África nos tendrían que explicar de dónde han salido esas monedas cobrizas para las mochilas y para financiar unos menús que harían más papel en cualquier país del tercer mundo.

#Españalaicaya  De mis impuestos, cero al papa

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