Existe un límite mental, el de los pensamientos transparentes. El que busca evitar el dolor, el frío o el sueño. Existe un espacio en nuestro cerebro cerrado por interés, en el que las cosas permanecen bajo llave. Para que no salgan, para que no molesten. Si no lo piensas, no existe. A veces funciona. Lo malo es que este truco, que permite que los humanos sobrevivan, tiene sus limitaciones. Especialmente temporales, también espaciales. Funciona mejor con lo que está lejos y durante un periodo determinado.
Si tenemos en cuenta que las peores noticias aparecen, como ya dijeron, un martes por la tarde, este truco no existe. Es mejor pensarlo. Al fin y al cabo todos los sentimientos forman parte de la naturaleza humana. Aunque ellos griten y no los escuchemos. Es mejor enfrentarte a ellos. Si no lo piensas, existe. Piensa.
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