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miércoles, 1 de agosto de 2012

Retención de líquidos

No quiero que salten las alarmas de la báscula. Pero, en lo que llevo de verano he engordado tres kilos. Así, sin querer. Lo que no puedo decir es sin comer. De momento confirmo solo tres porque he decidido no pesarme más hasta nueva orden, por lo que esa cifra puede ser mayor teniendo en cuenta que la etapa estival acaba de comenzar. Que si cenas con los amigos, un cóctel por aquí, un helado por allá. Resultado: mi cuerpo tiene un nuevo inquilino llamado grasa (que siempre ha vivido por aquí, pero ahora está ampliando su casa).

Por suerte, no estoy sola en el asunto. El fenómeno de coger unos kilos de más es compartido por la mayoría. Incluso, algunos lo llaman, para evitar el sentimiento de culpa, retención de líquidos. Entre ellos un amigo mío que utiliza estas palabras para consolar mi diminuto disgusto. "Lo pierdes en dos días", agrega.

Lo peor llegará en septiembre o en fin de año, fecha en la que me daré cuenta de que no he cumplido mis propósitos de mantener mi esbelta figura y hacer deporte. Hasta entonces, seguiré disfrutando de la comida, y llevaré ropa holgada.

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