Buscar este blog

domingo, 1 de abril de 2012

Prefiero estar muerto

Estoy flotando. Soy tan leve que vuelo. Veo mi cuerpo inerte en el suelo de la cocina. Estoy rodeado por un charco de sangre cuyo origen parece estar en la cabeza. "Un buen golpe", diría cualquier boxeador. Lo que viene después es la pérdida total de la consciencia.
A los pocos minutos aparecen en la escena cuatro jóvenes con chalecos amarillos. Deben de ser los de Teleasistencia. Logré apretar el botón. El que cada mes me cuesta un riñón. "Como todo el mundo lo usa, deberíamos privatizarlo", escuché decir con Esperanza. Amén.

Los jóvenes me ponen una mascarilla de oxígeno. Veo luces naranjas. Oigo voces. "Parece que el viejo va a tener suerte", dice alguien. "¿Lleva algo que pueda identificarlo?", pregunta una voz más suave. "En su DNI pone que se llama Marcial López Alegría", contestan. Marcial, ese es mi nombre. Lo puede confirmar en mi libro de familia. Nací, me casé, enviudé. Sin hijos.

Hasta hace poco recibía la visita de Ludmila, la asistente social del barrio. De culo llamativo y llena de vitalidad. Cuando las tijeras ganaron las elecciones, Ludmila volvió a Vallecas. No la volví a ver. Subió la luz. Adiós a las clases de memoria. Despido barato. En el centro social cuelga un cartel: "Cerrado". Amnistía fiscal.



Desde entonces imagino mi muerte. Prefiero estar muerto a vivir sin calidad de vida.

RIP Ley de Dependencia (2006-2012). Las personas que te necesitan , o te necesitarán, siempre te recordarán. Para el equipo de las tijeras es muy cara y, además, estamos en crisis.

1 comentario: