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miércoles, 4 de abril de 2012

Los vestidos de los chicos

Me lo dijo una dependienta una vez. "Escoger vestido es como elegir chico. Lo primero, necesitas tener claro cómo te gustan", suelta. Y agrega: "deberías saber si los prefieres largos o cortos, con transparencias, estampados [...]. Existen muchas posibilidades, pero antes tienes que definir tú el estilo".
Y yo, dubitativa por naturaleza, trasladé mi mente a una conversación paralela, mientras mi cuerpo se quedaba en tierra. Empecé a pensar en cómo era mi estilo perfecto de chico, bueno de hombre, que ya estamos creciditos y buscamos una media naranja (manzana, uva o melón) sin tonterías en la lengua.

 

Imaginé, entonces, un desfile de numerosos hombres. Algunos altos y otros bajos de pelo liso. Los de la izquierda eran morenos y con unos rizos alocados, similares a los del actor secundario Bob. Varios hablaban en inglés y unos cuantos llevaban gafas. Cuando mi mente regresó, yo seguía en el punto de partida, con su correspondiente indecisión. No fui capaz de decantarme por ningún vestido, y eso que me probé media tienda.


Ahora, creo, sé la respuesta a la medio pregunta formulada por la dependienta: la elección depende, en ambos casos, del momento.

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