Al principio. Pensaba que muchos personajes de las esferas políticas y económicas eran tontos. No. Las medidas las habían escondido debajo de un cajón. Esperaban sacarlas en el momento oportuno, pero las tenían preparadas desde hace tiempo. El secreto: intereses económicos. Al igual que movían guerras, generan crisis. Primero el miedo. El shock. Fin a la libertad, privatizaciones, adiós a la paga extra, a las vacaciones. Desprecian el trabajo de muchos. No hay dinero. Todo está en paraísos fiscales. Ellos lo saben porque son ellos los que se lo han llevado. Gran plan. Invertir en entidades financieras extranjeras, que son las que prestan dinero a otros países. Estas naciones tendrán que devolver el capital con intereses. Todo ello lo pagarán los ciudadanos, los que carecen de maletines a los que les gusta salir al extranjero. Ellos a lo suyo: Maquillar cuentas.
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Para ello, lo primero es buscar un enemigo común: la crisis. EL MIEDO. Antes fueron los comunistas, los terroristas. EL MIEDO. El enemigo puede ser casi cualquier cosa que acabe en -ista. Sucedió antes en las dictaduras, en las declaraciones previas a las guerras. Ahora quieren conseguir la esclavitud moderna. Lo peor es que lo hacen aposta. A conciencia. ¡qué bien disimulan! Alguna vez había llegado a pensar que eran tontos.
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