
Los dirigentes, que sonríen escondiendo la verdad, saben que en el fondo han perdido. El índice de participación en ambas Comunidades Autónomas es de los más bajos de la historia de la democracia. En Asturias votaron el 55,92%, el segundo porcentaje más bajo. En Andalucía acudieron a las urnas el 62,23% de los ciudadanos. Creo que debería existir un porcentaje mínimo de votantes en unas elecciones, ya sean autonómicas, generales o locales. Y que si no se alcanza esa cifra se declarasen nulas las elecciones. Claro que para eso también deberían existir las listas abiertas, una nueva ley de asignación de números de votos y parlamentarios y que los políticos dejen de moverse por propios intereses y hagan su trabajo: representar a los ciudadanos. Espero que hoy la jornada de reflexión la hagan ellos.
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